¿Qué es?
El electroencefalograma o EEG es una prueba diagnóstica mediante la cual se mide la actividad eléctrica del cerebro. La medición de los impulsos eléctricos que generan las neuronas se realiza en reposo y a través de unos pequeños electrodos colocados sobre el cuero cabelludo, a los que se les añade una pasta conductora. Los datos se obtienen sometiendo al paciente a una activación cerebral como la hiperventilación, la fotoestimulación o la estimulación auditiva o visual, entre otras.
¿Para qué sirve?
Con esta prueba se pretenden valorar las alteraciones en la actividad eléctrica cerebral. Puede detectar alteraciones en todo el cerebro, detectando lesiones (tumores, hemorragias, encefalitis, traumatismos…) y lesiones difusas (tóxicas, metabólicas, infecciosas…).
Se realiza esta prueba a pacientes que presenten síntomas de deterioro del nivel de conciencia (somnolencia, estupor, coma), pérdida de facultades intelectuales (pérdida de memoria, demencia) o episodios que hagan sospechar crisis epilépticas. En niños, sobre todo recién nacidos, es fundamental tanto para detectar daños establecidos, como para señalar defectos en la maduración y crecimiento cerebral. En pacientes con otros síntomas (cefaleas, nerviosismo, inestabilidad…), el EGG sirve de prueba diagnóstica complementaria a a otros métodos de diagnóstico por la imagen como la resonancia magnética o el TAC).
¿Cómo se realiza?
Es un procedimiento sencillo y con apenas riesgos; el único factor a tener en cuenta sería si el paciente padece alergia al material de algún componente de la prueba (pasta conductora, metal de los electrodos…). La prueba suele durar entre 15 y 25 minutos, aunque, si el médico así lo determina, es posible la realización de encefalogramas de 24 horas o incluso un seguimiento del paciente durante varios días, recabando datos mientras está dormido.
No se requiere ninguna preparación especial antes de la prueba. El paciente se deberá de sentar en una silla reclinable o acostarse en una cama en el área habilitada para tal prueba; se le colocan los electrodos que amplificarán la señal eléctrica del cerebro para traducirla a modo de gráfico a través de un ordenador. La actividad cerebral se realizará en reposo, con los ojos abiertos y cerrados, y en maniobras de activación (hiperventilación, estimulación auditiva o visual, etc.).
¿Qué es?
La electromiografía es una prueba médica utilizada para conocer el estado del sistema nervioso periférico y muscular mediante una fina aguja con un electrodo. Para ello, se mide la actividad eléctrica que generan las fibras musculares, para evaluar su estado y el de los nervios que controlan la musculatura, detectando su grado de comprensión.
¿Para qué sirve?
Esta prueba es utilizada para el diagnóstico de enfermedades que conlleven pérdida de fuerza, debilidad o pérdida de masa muscular, bien de un área concreta, bien de miembros superiores o inferiores. Varias de las enfermedades que se pueden llegar a diagnosticar a través de la electromiografía son neuropatía, esclerosis lateral amiotrófica, miopatías o polineuropatías., entre otras. Además, esta prueba es también muy útil en diversas especialidades como Neurología, Traumatología o Endocrinología, ya que concreta la zona lesionada y determina si la lesión es de un músculo, nervio, ronco o raíz nerviosa.
¿Cómo se realiza?
No se necesita preparación previa para la prueba; incluso es recomendable que el paciente no esté en ayuno en el momento de la prueba. La duración aproximada es de media hora, variando según los músculos o nervios a explorar. Para realizar la prueba el paciente debe estar relajado, sentado o acostado. Se introduce la aguja en la zona a estudiar, sometiéndola a descargas eléctricas de muy bajo voltaje para ver la reacción del músculo ante una contracción inducida. Estos datos se recogen a través de un aparato llamado osciloscopio, a través del cual se obtendrán gráficas con la actividad nerviosa y muscular en reposo y con ejercicio.
Esta prueba, es muy sencilla de realizar y sin apenas contraindicaciones, aunque un tanto incómoda al tener que insertar la aguja. Este hecho también puede producir una hemorragia leve, por lo que los pacientes con trastornos de coagulación o con tratamientos anticoagulantes deben tener mucha precaución y, ante todo, notificarlo antes de someterse a esta prueba.
¿Qué es?
El Mapeo Cerebral es un electroencefalograma que se realiza con ayuda de técnicas mucho más precisas y avanzadas, que permite analizar la actividad eléctrica del cerebro de forma tridimensional y mediante complejas fórmulas matemáticas, interpretadas por un ordenador y representadas a través de mapas que muestran como se distribuye cada función eléctrica a través de la corteza cerebral.
¿Para qué sirve?
El Mapeo Cerebral tiene como base el registro electroencefalográfico computarizado a través una pantalla. Ofrece imágenes del cerebro a través de patrones establecidos, que permiten observar la existencia y localización de posibles lesiones y alteraciones electrofisiológicas en el sistema nervioso central.
Esto ha hecho posible que el mapeo se haya convertido en un importante instrumento para el diagnóstico de diversos trastornos neuropsiquiátricos y otros problemas tales como como la depresión, la epilepsia, hiperactividad, insomnio, stress, demencias…
Estudio del Sueño
¿Qué es?
La polisomnografía es un estudio del sueño, que analiza de forma simultánea diversas variables fisiológicas mientras el paciente duerme, para ofrecer un diagnóstico más preciso sobre posibles alteraciones que pueden afectar al sueño.
¿Para qué sirve?
La principal función de esta técnica es diagnosticar diversos trastornos del sueño, entre los que destacan la apnea obstructiva del sueño, el ronquido, el insomnio crónico y agudo, el síndrome de piernas inquietas, la narcolepsia, los temores nocturnos, las pesadillas o el sonambulismo.
Mediante el análisis de diversos parámetro, la polisomnografía permite medir los distintos ciclos y etapas del sueño, obteniendo un registro de valores (niveles de oxígeno en la sangre, ondas cerebrales (EEG), frecuencia respiratoria, actividad eléctrica de los músculos, movimientos oculares, frecuencia cardíaca, etc.), que posteriormente serán interpretados por un especialista para determinar si los resultados son normales o presentan algún tipo de anomalía.
¿Cómo se realiza?
Para realizar una polisomnografía, es necesario que el paciente duerma en el laboratorio de sueño donde se realiza la prueba.
Antes de comenzar se colocan una serie de electrodos en la cabeza, así como un oxímetro en el dedo índice y se monitoriza al paciente. Todos estos elementos se sitúan de forma que el paciente se sienta cómodo y pueda dormir de forma habitual.
Un especialista observará las señales que se van generando a través de los electrodos y que se van registrando en un ordenador mientras el paciente se encuentra despierto con los ojos cerrados y durante el sueño, y anotará cualquier anomalía que detecte.
Existen diversas técnicas para realizar una polisomnografía, ya que pueden ser diurnas o nocturnas con o sin ajuste de CPAP.
(auditivos de tronco cerebral, visuales, multimodales y somatosensoriales)
¿Qué es?
Se trata de una exploración neurofisiológica que analiza la función del sistema sensorial acústico, visual y somatosensorial a través de respuestas cerebrales provocadas por un estímulo conocido y controlado. Ello permite analizar el funcionamiento de las distintas partes del cerebro y estructuras implicadas en la percepción y la cognición.
¿Para qué sirve y cómo se realiza?
Los potenciales evocados implican una estimulación repetida mediante el mismo estímulo, que se recoge en un ordenador y a través del que se obtiene un promedio de resultados representados gráficamente en forma de ondas.
Según el sistema a evaluar, existen diversos potenciales evocados que emplean técnicas diversas:
Los visuales: estudian el estado del nervio óptico y normálmente se llevan a cabo mediante un tablero de ajedrez iluminado en una pantalla que va cambiando las casillas alternativamente entre blanco y negro. Cada cambio provoca un estímulo captado por la retina y transmitidos al cerebro, que serán recogidos por una serie de sensores y representados gráficamente en el monitor del ordenador.
Los auditivos: analizan la respuesta del nervio coclear, del tronco cerebral y de la corteza auditiva, sin necesidad de colaboración por parte del paciente. Para ello, se emplea unos auriculares que producen un “clic” y que provocan una serie de ondas debido al paso del estímulo por las diferentes estructuras.
Los somatosensoriales: los más utilizados son los de mediano en el brazo y el tibial en la pierna, y su objetivo es controlar el estado de las vías sensitivas. A través de unos sensores se aplica un estímulo eléctrico repetido sobre uno de los nervios mencionados para obtener las señales producidas por el músculo.
¿Qué es?
El test de latencias múltiples es una prueba que permite el estudio y registro de la entrada en latencia del sueño y la entrada en fase REM, es decir, indica el tiempo que transcurre hasta que el paciente alcanza el sueño.
¿Para qué sirve?
Esta prueba se lleva a cabo cuando un paciente presenta excesiva somnolencia diurna, lo que permite diagnosticar y evaluar diversas alteraciones del sueño tales como la narcolepsia, la apnea del sueño o la hipersomnolencia anormal.
¿Cómo se realiza?
Para llevar a cabo el test se colocan una serie de electrodos a primera hora de la mañana y se indica al paciente, quién tendrá que permanecer en la unidad del sueño, que deberá dormir 5 siestas de 20 minutos durante todo el día, con intervalos de 2 horas en las que deberá permanecer despierto.
Posteriormente, el especialista revisará todos los registros obtenidos durante la prueba y recogidos a través de un ordenador, que le permitirá analizar los resultados para obtener una valoración precisa.